Mateo 22:1-14 Versículo clave: 22:4
"Volvió a enviar
otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi
comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está
dispuesto; venid a las bodas.”
Introducción:
La parábola de la fiesta de bodas trata sobre el
llamado de Dios a ser parte del reino de los cielos a cada persona que escucha
la palabra del Señor, por medio de la predicación del evangelio, ya sea por un
compañero de estudio, de trabajo, vecino pastor o misionero, y de las
consecuencias que vienen si se rechaza el llamado.
Es Dios llamando a muchos que necesitamos de
disfrutar del gran banquete que tiene preparado para los que le aman. Muchos lo
rechazan, pero otros reciben el llamado con gozo para seguir a Jesucristo por
el resto de sus vidas terrenal.
Ahora mirando los aspectos de la parábola en el
contexto, Jesús les estaba hablando a los principales sacerdotes y ancianos del
pueblo, pero también podemos aplicarlos a nuestros tiempos, ya que el Señor
quiere que todos vengan al banquete que tiene preparado en el reino de los
cielos, pero las muchas ocupaciones o distracciones del mundo hacen difícil
seguir a Jesús.
Oro para que esta palabra nos enseñe sobre la importancia de
aceptar la invitación del rey, así mismo nos ayude a poder participar en la
conferencia centroamericana y poder ir vestidos correctamente para poder
disfrutar al máximo dicha fiesta. Leamos
el versículo clave y vamos a orar.
Primera Parte: Venid a
las bodas (1-7)
V. 1-2: “Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en
parábolas, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo
fiesta de bodas a su hijo”.
Esta era la tercera parábola que el señor utilizaba (todas en
la misma línea) para dirigirse a los sumos sacerdotes, ancianos y
fariseos. Una vez más el señor les puso
un ejemplo a ellos, El señor compara el
reino de los cielos con una fiesta de Bodas.
Isaías usó la figura de una boda para profetizar de la época
mesiánica; Isaías 25:6; "Y Jehová de los ejércitos hará en este monte
a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos
refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados." El libro
de Apocalipsis describe, la boda futura del cordero y su novia; Apocalipsis.
19:7; "han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado."
¿Cómo es una fiesta de Bodas?, es todo
lo contrario a un funeral, hay gozo, alegría, felicidad incomparable, etc. ¿Cómo sería una fiesta de bodas soñada?, los que están
solteros, especialmente las hermanas, asumo que desean una fiesta de bodas
soñada, pero la fiesta de bodas se ve limitada por el dinero que tengamos
ahorrado, y el presupuesto asignado.
Pero pensemos en una fiesta echa por un rey!!, el dinero no
es problema para el, ya que él tiene la capacidad para hacer una fiesta soñada,
la fiesta de un rey no es cualquier fiesta, es algo único, hermoso y majestuoso.
Este rey preparo la mejor fiesta, para su hijo, porque lo
amaba, la boda no es la del rey, es la de su hijo. Ahora bien, por muy
grande y majestuosa que fuera la fiesta
de bodas, si no hay invitados entonces no es fiesta, más bien sería una
exhibición de bodas, entonces miremos lo que hizo el rey.
V. 3 “Y envió a sus siervos a llamar a los
convidados a las bodas; mas estos no quisieron venir”.
El rey envió a sus sirvientes para que llamaran a los
invitados a la fiesta. Pero los
invitados no quisieron venir. Es un privilegio
que el rey me invite a la boda de su hijo, pero los invitados sintieron que eran igual o superiores al rey
y que sus cosas personales eran más importantes, así que rechazaron la invitación.
El acto de rechazar la invitación que es lo que nos dice
acerca de los que fueron convidados: ellos fueron orgullosos, esos los llevo a
ser indiferentes, rebeldes y desobedientes, el orgullo los cegó y por eso en su
ignorancia no se dieron cuenta del gran error que estaban cometiendo.
Mas sin embargo, el rey tenía un gran corazón, miremos que
dijo después de recibir la noticia de sus siervos: V. 4 “Volvió a enviar otros siervos,
diciendo: Decid a los convidados: he aquí, he preparado mi comida; mis toros y
animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las
bodas.”
Entonces
el rey envió a otros sirvientes con este mensaje: “La comida ya está lista. He
mandado preparar la carne de mis mejores toros y animales. ¡Vengan a la
fiesta! Al leer este versículo puedo
ver que las cualidades de este rey es que era paciente, generoso,
bondadoso, el cual le da el lugar e
importancia a los invitados.
El
rey no se molestó, tal vez pensó que los siervos no habían llevado
correctamente, o que no era el tiempo correcto, por eso decide intentarlo de
nuevo. Pero OJO: No solo los invita de nuevo, si no que les
hace ver las maravillas que les tiene reservadas y que ya está todo listo. El Rey también tiene un corazón humilde el
cual ama a su hijo pero también a sus siervos.
Si
le buscamos una aplicación práctica y personal, conmueve ver lo que hace Dios
para movernos a aceptar su invitación para ser parte del reino de los cielos. Tendría que bastarnos saber que el nos invita
para decir que si corriendo, y sin embargo nos hacemos los orgullos, los
desinteresados y que no tenemos tiempo.
“Todo
está dispuesto”, Jesús ya lo hizo todo, en la cruz del calvario él dijo
“consumado es”, el ya preparo todo para la fiesta en el reino de los cielos, lo
que nosotros debemos hacer es aceptar la invitación.
V.
5-6 “Mas
ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios; y
otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron”.
En
estos versículos nos escribe con más detalle porque no quisieron ir a las bodas
los invitados. Los invitados no hicieron caso a la segunda invitación, y cada uno se fue a hacer otras cosas que
consideraba más importante, uno fue a ver sus terrenos y otro fue a atender su
negocio, y los otros dice que agarraron a los siervos del rey y los golpearon y
los mataron.
Aquí
podemos ver una vez más la falta de respeto hacia el rey porque aparte de
rechazar la invitación también deciden matar a los siervos, los cuales son los
mensajeros del rey. Los siervos
únicamente cumplían con su trabajo, no
hicieron nada malo, pero debido a la
maldad en los corazones decidieron cometer ese acto de salvajismo. Como reaccionará el rey, leamos los
siguientes versículos.
Vr.
7-8 “Al
oírlo el rey, se enejo; y enviando sus
ejércitos, destruyo a aquellos homicidas, y quemo su ciudad. Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la
verdad están preparadas; más los que fueron convidados no eran dignos.”
A
pesar que el rey tenía un gran corazón, paciente y generoso el versículo 7 nos
dice que “el rey se enejo mucho, y envió a sus soldados para que mataran a esos
invitados y quemaran la ciudad donde vivían”.
Estas son las consecuencias de haber rechazado la invitación y por haber
mostrado indiferencia hacia los siervos
del rey, muerte y fuego (aquí se refiere a la condenación eterna).
Las
consecuencias de nuestros actos no solo nos afectan directamente a nosotros,
sino también afecta a las personas que nos rodean como el núcleo familiar y
amigos cercanos por ejemplo.
Es
curioso ver que el rey mando a matar a los homicidas, pero también mando a
quemar su ciudad, imaginen cuantas personas más sufrieron por culpa de unos
cuantos que no aceptaron la invitación.
El
rey llego a la conclusión que estos invitados eran indignos, aparentemente eran
dignos pero no lo fueron en realidad.
No
importan que la fiesta de bodas este lista,
y haya preparado la comida, nunca más iba a invitar a este tipo de
personas. Pero el rey aún tenía que
solucionar el problema de los invitados, porque como mencionamos al inicio, una
fiesta de Bodas necesita invitados, si no entonces no sería una fiesta, miremos
cual fue la decisión que tomo el rey.
Para
finalizar esta parte me gustaría mencionar que la primera invitación fue
rechazada con desprecio por aquellos hombres indiferentes y rebeldes de la
nación de Israel (los judíos), aquella
nación que insolentemente despreciaron, que no pusieron atención y rechazaron
la invitación enviada a través de los profetas, así mismo abusaron de ellos y
los mataron.
Debido
a esta la invitación fue extendida a otros, refiriéndose al ofrecimiento del
evangelio a todos los gentiles entre ellos nosotros.
Segunda Parte: Vestirse dignamente
para la fiesta (9-14)
Vr.
9-10 “Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos
halléis. Y saliendo de los siervos por
los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y
las bodas fueron llenas de convidados”.
El
rey volvió a enviar a sus siervos por tercera vez, pero esta vez el rey dio la
instrucción que invitaran a cualquier persona que hallarán en el camino, esto
nos deja ver que en esta ocasión el rey no está poniendo ningún tipo de
restricción, porque en el versículo 10 menciona que los siervos salieron
entonces e invitaron a toda qué persona que hallaron, no importando si eran malos o
buenos, si eran pobres o si estaban enfermos, si eran minusvalidos, si tenía
parásitos, no importando su oficio, su trabajo, si eran mendigos o si eran recolectores de impuestos,
prostitutas, o que tan pecadores fueron, todos ellos fueron invitados a la
fiesta de Bodas.
Yo
me imagino la reacción de estas personas al recibir la invitación del rey,
primero tal vez no le creyeron a los siervos, ¡Como un rey puede poner atención
e invitar a una persona insignificante como yo!, ¡que he hecho yo para merecer
ese gran privilegio de entrar al palacio y participar en una fiesta de Bodas!
Otros
dijeron: ¡no puedo ir a esa fiesta con estas fachas!, unos se rasuraron, otros
de bañaron y se perfumaron, otros se cortaron el pelo (en conclusión le lavaron
y limpiaron), otros remendaron sus zapatos y otros se pusieron su mejor ropa y
aceptaron la invitación, hubiera sido irónico que estas personas que no tienen
nada rechazaran la invitación también.
¡El
reino de los cielos es para todos, no solo para los justos, sino también para
los pecadores!.
Vr.
11-12 “Y entro el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no
estaba vestido de boda. Y le dijo:
amigo, ¿Cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas el enmudeció”.
Los
invitados tenías que pasar por la inspección y aprobación del rey, cuando el
rey entro en el salón para conocer a los invitados, vio a uno que no estaba
bien vestido para la fiesta.
Podria
parecer absurdo esperar que alguien que fue invitado junto al camino y no iba
preparado se le exigiera que llevara traje de fiesta, pero estuve investigando
y en la antigüedad era habitual que el anfitrión de la fiesta (en este caso el
rey) proveyera a los invitados de la ropa adecuada, solo era de solicitarlo y
se le era proporcionada, así que no podía haber ninguna excusa para no ir
vestido de bodas.
Las personas que aceptaron la invitación
necesitaban además de ir, tenían que tener el vestido de bodas, no basta con
tener la buena intención, sino de tener el nuevo vestido, como lo expresa Gálatas 3:26-27 “pues
todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que
habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos”,
Y Colosenses 3:10-12 “y revestido del nuevo, el cual
conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento
pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni
escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos
y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de
mansedumbre, de paciencia”.
No
usar el vestuario provisto mostraba una falta de respeto y de aprecio, por eso
es que el rey pregunto al invitado ¿Cómo entraste aquí, sin estar vestido de
boda?, más el enmudeció, porque no tenía ninguna excusa que dar, simplemente no
quiso hacerlo, no le dio la gana, pensó que pasaría desapercibido, pero este
invitado no entendió que era una gran falta de respeto.
Pero
de acuerdo a la parábola, unos de los invitados rechazó la ropa y el privilegio
que se le fue ofrecido por el rey debido a su orgullo. Él consideraba que su
propia ropa era mejor. Rechazando la ropa ofrecida por el rey, él perturbó la
felicidad de todos los invitados y apenó al rey. Por su orgullo él fue
expulsado de la fiesta y arrogado en las tinieblas de afuera.
Vr.
13-14 “Entonces el rey dijo a los que servían: atadle de pies y manos y
echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de
dientes. Porque muchos son llamados, y
pocos escogidos.”
Entonces
el rey ordeno a sus sirvientes: átenlo de pies y manos, y échenle afuera, a las
oscuridad; allí la gente llora y rechina los dientes de terror. La furiosa reacción del rey se debe a que
para el fue una ofensa seria, por eso fue echado de la fiesta aquel hombre.
Es
señor explica en su último versículo que estas cosas pasan porque son muchos
los invitados a participar en el reino de Dios, pero son muy pocos aquellos a
los que Dios acepta. Por ultimo podemos
aprender que la invitación o llamamiento de Dios se extiende a muchos pero muy pocos la reciben en la
manera que pueden ser contados entre los escogidos.
Yo
oro para ser hallado digno de ser invitado, oro para que a pesar de mi pecado e ignorancia yo pueda
aceptar la invitación, así mismo oro para limpiarme y lavarme y aceptar la
vestidura que el rey me provee a través de la sangre y el amor de cristo. Oro para vestirme de Jesús y poder entrar así
al reino de los cielos, conocer al rey y disfrutar de la fiesta.

No hay comentarios:
Publicar un comentario