domingo, 12 de abril de 2015

VENID VESTIDOS A LAS BODAS

Mateo 22:1-14                                                                                                                                                    Versículo clave: 22:4

"Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas.

Introducción:
La parábola de la fiesta de bodas trata sobre el llamado de Dios a ser parte del reino de los cielos a cada persona que escucha la palabra del Señor, por medio de la predicación del evangelio, ya sea por un compañero de estudio, de trabajo, vecino pastor  o misionero, y de las consecuencias que vienen si se rechaza el llamado.

Es Dios llamando a muchos que necesitamos de disfrutar del gran banquete que tiene preparado para los que le aman. Muchos lo rechazan, pero otros reciben el llamado con gozo para seguir a Jesucristo por el resto de sus vidas terrenal.

Ahora mirando los aspectos de la parábola en el contexto, Jesús les estaba hablando a los principales sacerdotes y ancianos del pueblo, pero también podemos aplicarlos a nuestros tiempos, ya que el Señor quiere que todos vengan al banquete que tiene preparado en el reino de los cielos, pero las muchas ocupaciones o distracciones del mundo hacen difícil seguir a Jesús.

Oro para que esta palabra nos enseñe sobre la importancia de aceptar la invitación del rey, así mismo nos ayude a poder participar en la conferencia centroamericana y poder ir vestidos correctamente para poder disfrutar al máximo dicha fiesta.  Leamos el versículo clave y vamos a orar.

Primera Parte: Venid a las bodas (1-7)
V. 1-2: “Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo”.
Esta era la tercera parábola que el señor utilizaba (todas en la misma línea) para dirigirse a los sumos sacerdotes, ancianos y fariseos.  Una vez más el señor les puso un ejemplo a ellos,  El señor compara el reino de los cielos con una fiesta de Bodas.
Isaías usó la figura de una boda para profetizar de la época mesiánica; Isaías 25:6; "Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados." El libro de Apocalipsis describe, la boda futura del cordero y su novia; Apocalipsis. 19:7; "han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado."
¿Cómo es una fiesta de Bodas?, es todo lo contrario a un funeral, hay gozo, alegría, felicidad incomparable, etc.  ¿Cómo sería una fiesta de bodas soñada?,  los que están solteros, especialmente las hermanas, asumo que desean una fiesta de bodas soñada, pero la fiesta de bodas se ve limitada por el dinero que tengamos ahorrado, y el presupuesto asignado.
Pero pensemos en una fiesta echa por un rey!!, el dinero no es problema para el, ya que él tiene la capacidad para hacer una fiesta soñada, la fiesta de un rey no es cualquier fiesta, es algo único, hermoso y majestuoso.
Este rey preparo la mejor fiesta, para su hijo, porque lo amaba, la boda no es la del rey, es la de su hijo. Ahora bien, por muy grande  y majestuosa que fuera la fiesta de bodas, si no hay invitados entonces no es fiesta, más bien sería una exhibición de bodas, entonces miremos lo que hizo el rey.
V. 3 “Y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas estos no quisieron venir”.
El rey envió a sus sirvientes para que llamaran a los invitados a la fiesta.  Pero los invitados no quisieron venir.   Es un privilegio que el rey me invite a la boda de su hijo, pero los invitados  sintieron que eran igual o superiores al rey y que sus cosas personales eran más importantes,  así que rechazaron la invitación.
El acto de rechazar la invitación que es lo que nos dice acerca de los que fueron convidados: ellos fueron orgullosos, esos los llevo a ser indiferentes, rebeldes y desobedientes, el orgullo los cegó y por eso en su ignorancia no se dieron cuenta del gran error que estaban cometiendo.
Mas sin embargo, el rey tenía un gran corazón, miremos que dijo después de recibir la noticia de sus siervos: V. 4 “Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: he aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas.”
Entonces el rey envió a otros sirvientes con este mensaje: “La comida ya está lista. He mandado preparar la carne de mis mejores toros y animales. ¡Vengan a la fiesta!   Al leer este versículo puedo ver que las cualidades de este rey es que era paciente, generoso, bondadoso,  el cual le da el lugar e importancia a los invitados. 
El rey no se molestó, tal vez pensó que los siervos no habían llevado correctamente, o que no era el tiempo correcto, por eso decide intentarlo de nuevo.  Pero OJO:   No solo los invita de nuevo, si no que les hace ver las maravillas que les tiene reservadas y que ya está todo listo.  El Rey también tiene un corazón humilde el cual ama a su hijo pero también a sus siervos.
Si le buscamos una aplicación práctica y personal, conmueve ver lo que hace Dios para movernos a aceptar su invitación para ser parte del reino de los cielos.  Tendría que bastarnos saber que el nos invita para decir que si corriendo, y sin embargo nos hacemos los orgullos, los desinteresados y que no tenemos tiempo.
“Todo está dispuesto”, Jesús ya lo hizo todo, en la cruz del calvario él dijo “consumado es”, el ya preparo todo para la fiesta en el reino de los cielos, lo que nosotros debemos hacer es aceptar la invitación.
V. 5-6 “Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios; y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron”.
En estos versículos nos escribe con más detalle porque no quisieron ir a las bodas los invitados. Los invitados no hicieron caso a la segunda invitación,  y cada uno se fue a hacer otras cosas que consideraba más importante, uno fue a ver sus terrenos y otro fue a atender su negocio, y los otros dice que agarraron a los siervos del rey y los golpearon y los mataron.
Aquí podemos ver una vez más la falta de respeto hacia el rey porque aparte de rechazar la invitación también deciden matar a los siervos, los cuales son los mensajeros del rey.   Los siervos únicamente cumplían con su trabajo,  no hicieron nada malo,  pero debido a la maldad en los corazones decidieron cometer ese acto de salvajismo.  Como reaccionará el rey, leamos los siguientes versículos.
Vr. 7-8 “Al oírlo el rey, se enejo;  y enviando sus ejércitos, destruyo a aquellos homicidas, y quemo su ciudad.  Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; más los que fueron convidados no eran dignos.”
A pesar que el rey tenía un gran corazón, paciente y generoso el versículo 7 nos dice que “el rey se enejo mucho, y envió a sus soldados para que mataran a esos invitados y quemaran la ciudad donde vivían”.   Estas son las consecuencias de haber rechazado la invitación y por haber mostrado indiferencia hacia  los siervos del rey, muerte y fuego (aquí se refiere a la condenación eterna).
Las consecuencias de nuestros actos no solo nos afectan directamente a nosotros, sino también afecta a las personas que nos rodean como el núcleo familiar y amigos cercanos  por ejemplo.  
Es curioso ver que el rey mando a matar a los homicidas, pero también mando a quemar su ciudad, imaginen cuantas personas más sufrieron por culpa de unos cuantos que no aceptaron la invitación.
El rey llego a la conclusión que estos invitados eran indignos, aparentemente eran dignos pero no lo fueron en realidad. 
No importan que la fiesta de bodas este lista,  y haya preparado la comida, nunca más iba a invitar a este tipo de personas.  Pero el rey aún tenía que solucionar el problema de los invitados, porque como mencionamos al inicio, una fiesta de Bodas necesita invitados, si no entonces no sería una fiesta, miremos cual fue la decisión que tomo el rey.
Para finalizar esta parte me gustaría mencionar que la primera invitación fue rechazada con desprecio por aquellos hombres indiferentes y rebeldes de la nación de Israel (los judíos),  aquella nación que insolentemente despreciaron, que no pusieron atención y rechazaron la invitación enviada a través de los profetas, así mismo abusaron de ellos y los mataron.
Debido a esta la invitación fue extendida a otros, refiriéndose al ofrecimiento del evangelio a todos los gentiles entre ellos nosotros.

Segunda Parte: Vestirse dignamente para la fiesta (9-14)
Vr. 9-10 “Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis.  Y saliendo de los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados”.
El rey volvió a enviar a sus siervos por tercera vez, pero esta vez el rey dio la instrucción que invitaran a cualquier persona que hallarán en el camino, esto nos deja ver que en esta ocasión el rey no está poniendo ningún tipo de restricción, porque en el versículo 10 menciona que los siervos salieron entonces e invitaron a toda qué persona que hallaron, no importando si eran malos o buenos, si eran pobres o si estaban enfermos, si eran minusvalidos, si tenía parásitos, no importando su oficio, su trabajo, si eran mendigos o  si eran recolectores de impuestos, prostitutas, o que tan pecadores fueron, todos ellos fueron invitados a la fiesta de Bodas.
Yo me imagino la reacción de estas personas al recibir la invitación del rey, primero tal vez no le creyeron a los siervos, ¡Como un rey puede poner atención e invitar a una persona insignificante como yo!, ¡que he hecho yo para merecer ese gran privilegio de entrar al palacio y participar en una fiesta de Bodas!
Otros dijeron: ¡no puedo ir a esa fiesta con estas fachas!, unos se rasuraron, otros de bañaron y se perfumaron, otros se cortaron el pelo (en conclusión le lavaron y limpiaron), otros remendaron sus zapatos y otros se pusieron su mejor ropa y aceptaron la invitación, hubiera sido irónico que estas personas que no tienen nada rechazaran la invitación también.
¡El reino de los cielos es para todos, no solo para los justos, sino también para los pecadores!.
Vr. 11-12 “Y entro el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda.  Y le dijo: amigo, ¿Cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas el enmudeció”.
Los invitados tenías que pasar por la inspección y aprobación del rey, cuando el rey entro en el salón para conocer a los invitados, vio a uno que no estaba bien vestido para la fiesta.
Podria parecer absurdo esperar que alguien que fue invitado junto al camino y no iba preparado se le exigiera que llevara traje de fiesta, pero estuve investigando y en la antigüedad era habitual que el anfitrión de la fiesta (en este caso el rey) proveyera a los invitados de la ropa adecuada, solo era de solicitarlo y se le era proporcionada, así que no podía haber ninguna excusa para no ir vestido de bodas.
Las personas que aceptaron la invitación necesitaban además de ir, tenían que tener el vestido de bodas, no basta con tener la buena intención, sino de tener el nuevo vestido,  como lo expresa Gálatas  3:26-27 “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos”,  

Y Colosenses 3:10-12  “y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.  Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”. 

No usar el vestuario provisto mostraba una falta de respeto y de aprecio, por eso es que el rey pregunto al invitado ¿Cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda?, más el enmudeció, porque no tenía ninguna excusa que dar, simplemente no quiso hacerlo, no le dio la gana, pensó que pasaría desapercibido, pero este invitado no entendió que era una gran falta de respeto.
Pero de acuerdo a la parábola, unos de los invitados rechazó la ropa y el privilegio que se le fue ofrecido por el rey debido a su orgullo. Él consideraba que su propia ropa era mejor. Rechazando la ropa ofrecida por el rey, él perturbó la felicidad de todos los invitados y apenó al rey. Por su orgullo él fue expulsado de la fiesta y arrogado en las tinieblas de afuera. 
Vr. 13-14 “Entonces el rey dijo a los que servían: atadle de pies y manos y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.  Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.”
Entonces el rey ordeno a sus sirvientes: átenlo de pies y manos, y échenle afuera, a las oscuridad; allí la gente llora y rechina los dientes de terror.  La furiosa reacción del rey se debe a que para el fue una ofensa seria, por eso fue echado de la fiesta aquel hombre.
Es señor explica en su último versículo que estas cosas pasan porque son muchos los invitados a participar en el reino de Dios, pero son muy pocos aquellos a los que Dios acepta.  Por ultimo podemos aprender que la invitación o llamamiento de Dios se extiende  a muchos pero muy pocos la reciben en la manera que pueden ser contados entre los escogidos. 
Yo oro para ser hallado digno de ser invitado, oro para que  a pesar de mi pecado e ignorancia yo pueda aceptar la invitación, así mismo oro para limpiarme y lavarme y aceptar la vestidura que el rey me provee a través de la sangre y el amor de cristo.  Oro para vestirme de Jesús y poder entrar así al reino de los cielos, conocer al rey y disfrutar de la fiesta.




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