Romanos 11:36 “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”
Primera parte:
Todo es para El.
La gloria de Dios
es el porqué de la existencia de todo, incluyéndonos a nosotros. Dios hizo todo
para su gloria, pero te has preguntado ¿Qué es la gloria de Dios? la gloria de Dios es la expresión de su bondad.
¿Dónde está la
gloria de Dios? Bueno observa a tu alrededor, la vemos en todas partes, desde
las formas de vida microscópicas hasta la extensión de las galaxias, en los atardeceres,
en las estrellas, en el mar, el clima, en la naturaleza aprendemos que Dios es
podero soy creativo.
La gloria de Dios
se ve mejor reflejada en Jesús, así lo dice San Juan 1:14 “aquel que es el
verbo se hizo hombre y vivió entre nosotros, lleno de amor y verdad. Y hemos
visto su gloria, la gloria que como hijo único recibió del Padre”. Él es la luz del mundo, gracias a Jesús, no
estamos más en oscuridad.
El mandamiento
que tenemos es que debemos reconocer su gloria, honrar su gloria, declarar su
gloria, alabar su gloria, reflejar su gloria y vivir para su gloria. ¿Por qué?
¡Porque Dios se lo merece! Isaías 43:7 dice “Porque yo los he creado para
mi gloria, fui yo quien los formé”.
Leamos Juan
17:4 “Yo te glorifiqué en la tierra, habiendo terminado la obra que me disté
que hiciera”. Jesús honró a Dios
cumpliendo su propósito en esta tierra, nosotros tambien podemos honrarlo del
mismo modo, por eso es importante que entiendas y tengas claro cuál es tu propósito
de vida.
Hay muchas
maneras de dar gloria a Dios, pero lo vamos a resumir en 5 propósitos
principales de nuestra vida:
Primera: Glorificamos
a Dios cuando le adoramos.
La adoración es
más que alabanza, canto y oración, adoramos a Dios cuando disfrutamos de su
compañía, es un estilo de vida que implica gozar de Dios, amarlo y entregarle
nuestra vida para que la use de acuerdo con sus propósitos.
Él quiere que
nuestra adoración brote del amor, de la gratitud y del gozo, no de la
obligación, entonces cuando usamos nuestra vida para la gloria de Dios, todo lo
que hacemos se convierte en un acto de adoración.
Segundo:
Glorificamos a Dios cuando amamos a los demás.
Nuestra segunda
gran responsabilidad en esta tierra es aprender a amar como Dios ama, porque
Dios es amor, y así lo honramos, Jesús nos dijo en San Juan 13:34-35 “así
como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De
este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”.
Tercero:
Glorificamos a Dios cuando nos asemejamos más a Cristo.
2 corintios 3:18 dice “Así que todos nosotros, con el rostro
descubierto, reflejamos la gloria del Señor como si fuéramos espejos. Y el
Espíritu del Señor nos va transformando de gloria en gloria, y cada vez nos
parecemos más a él.”
Cuando aceptamos
a Jesús él nos da una nueva vida y naturaleza, nacemos de nuevo en alma y espíritu,
con el nuevo nacimiento nos convertimos en miembros de la familia de Dios. Como
todo padre él quiere que crezcamos hasta alcanzar la madurez espiritual, esta
madurez consiste en pensar, sentir y actuar como lo haría Jesús.
Dios quiere
continuar el proceso de transformación de nuestro carácter, cuanto más
desarrollemos nuestro carácter conforme al de Cristo, más reflejaremos la
gloria de Dios
Cuarto:
Glorificamos a Dios cuando servimos a los demás.
1 Pedro 4:10-11 dice “cada uno ponga al servicio de los demás
el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus
diversas formas”
Dios nos diseñó de
forma única en cuanto a talentos, dones, habilidades y aptitudes, no eres casualidad,
Dios no te dotó de aptitudes para propósitos egoístas, cuentas con estas
facultades para beneficiar y bendecir a otros.
Quinto:
Glorificamos a Dios cuando le testificamos a los demás.
Dios no
quiere que su amor y sus propósitos sean un secreto, una vez que conocemos a Jesús,
El espera que la comuniquemos a los demás, todos nosotros podemos presentarles
a Jesús a las personas y ayudarles a descubrir su propósito y prepararlos para
la vida eterna.
En conclusion:
Vivir el resto de
tu vida para la gloria de Dios requiere cambios en tus prioridades, en tus
planes, en tus relaciones, en todo, algunas veces implicará el camino difícil
en lugar del fácil, pero es momento de definirte ¿Para quién vivirás? ¿Para ti
o para Dios? Jesús te dará todo lo que necesites para vivir para Él, no te
preocupes, Dios te proveerá de todo lo necesario si decides vivir para él.
Dios te invita a vivir para su gloria, cumpliendo los
propósitos para los que te creó, la verdadera vida comienza cuando aceptas a Jesús
y adquieres un compromiso con él, lo único que necesitas hacer es aceptarlo y
creer.
Cree que Dios te ama y que te creó para sus propósitos no
naciste por casualidad, Cree que te crearon para vivir por la eternidad, Cree
que Dios te eligió para que tuvieras una relación con Jesús, quien murió en la
cruz por ti. Cree que, sin importar tu pasado o lo que hayas hecho, Dios quiere
perdonarte.
Acéptalo, Acepta a Jesús como tu Señor y Salvador, Acepta que
el perdono tus pecados, Acepta su Espíritu, que te dará poder para cumplir el
propósito de tu vida, les pido que cierren sus ojos y me acompañen a hacer esta
oración:
Señor Jesús creo en ti, en esta
noche te abro a mi corazón y te acepto como mi señor y salvador, entra en mi
vida, transforma mi ser, perdona mis pecados, inscribe mi nombre en el libro de
la vida, si yo muero tengo la convicción que iré contigo, Amen.
Para finalizar leamos Juan 3:36 dice “El que cree en el Hijo tiene vida eterna” y Juan 1:12 “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”.