Salmos 149:4 “Porque el Señor se complace en su pueblo”.
Existes para el beneficio,
gloria, propósito y deleite de Dios.
El primer propósito en la vida
debiera ser agradar a Dios con tu vida, vivir para complacerlo, cuando logres
entender completamente esta verdad nunca más te sentirás insignificante.
Salmos 149:4 dice “Porque
el Señor se complace en su pueblo”, podemos disfrutar y sentir placer
porque Dios nos creó a su imagen. Solemos olvidarnos que Él también tiene
emociones. Dios ama, se deleita, siente placer, se alegra, disfruta y hasta se
ríe.
Agradar a Dios se conoce como
“adoración”, la Biblia dice en Salmos 147:7 que “él se complace en los
que lo adoran, en los que confían en su gran amor”. Todo lo que hagas
para complacer a Dios es un acto de adoración.
La adoración es tan natural como
comer o respirar, si no adoramos a Dios, encontraremos un sustituto para
adorar, y hasta podríamos acabar adorándonos a nosotros mismos o a un idolo.
Juan 4:23-24 dice “Mas la
hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le
adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en
verdad es necesario que le adoren”.
Para muchas personas, la
adoración es sinónimo de música. La adoración no tiene nada que ver con el
estilo, el volumen o el ritmo de una canción. Dios ama todos los estilos musicales
porque Él los inventó.
La adoración es mucho más que
música, la adoración es un estilo de vida, si cuando le cantamos lo hacemos en
espíritu y en verdad, eso es un acto de adoración.
La música “cristiana” no existe
como tal, sólo hay música con letra cristiana. Lo que convierte una canción en
sagrada son las palabras, no la melodía. No hay melodías espirituales, si
tocaras una canción sin palabras, no habría manera de reconocerla como
“cristiana”.
Cuando adoramos, nuestro
objetivo debería ser complacer a Dios, no a nosotros mismos. La mayoría de los
cultos “de adoración” también incluyen elementos de comunión, de edificación y
de evangelización, y adorar sí tiene sus beneficios; pero no adoramos para
darnos gusto, muestro principal motivo debe ser glorificar a nuestro creador y
complacerlo o agradarlo.
La adoración no es sólo para el
servicio religioso, es parte de nuestra vida. Se nos dice que debemos adorarlo
continuamente y alabarlo “¡desde el amanecer hasta que el sol se ponga!”. La
alabanza debería ser la primera actividad de la mañana cuando despertamos y lo
último que hacemos por la noche, antes de cerrar los ojos para descansar.
Colosenses 3:23-24 dice “23 Hagan lo que
hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este
mundo, 24conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia.
Ustedes sirven a Cristo el Señor.”
Cualquier actividad puede transformarse en un acto
de adoración cuando la hacemos para alabar, glorificar y complacer a dios. Este es el secreto para una vida de
adoración: hacer todo como si lo hicieras para Jesús. El trabajo se convierte en adoración cuando se
lo dedicamos a Él y lo llevamos a cabo conscientes de su presencia.
Apocalipsis 4:11 “Señor,
digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tu creaste todas
las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”.
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