Eclesiastés 3:11 “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos “
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Fuiste
creado para vivir por siempre. La tierra es el escenario, la escuela primaria, el ensayo para tu vida en la eternidad. Esta vida es el preámbulo de la venidera.
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Tienes
un instinto innato que anhela la inmortalidad, la razón de esto es que Dios te
hizo a su imagen para vivir eternamente.
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La
muerte no es tu final, más bien es tu transición a la eternidad; de manera que
hay consecuencias eternas por todo lo que hagas en la tierra. Todo acto en
nuestras vidas toca alguna cuerda que vibrará en la eternidad.
2 corintios 5:1 “De hecho, sabemos que, si esta
tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una
casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas”
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Sabemos
que en este instante prepara un hogar eterno para nosotros. Tu cuerpo terrenal
es una simple residencia temporal para tu espíritu.
· Tu relación con Dios en la tierra determinará el tipo de relación que tendrás con él en la eternidad. Si aprendes a amar y a confiar en Jesucristo, el Hijo de Dios, tendrás la invitación para estar toda la eternidad con Él, pero si rechazas su amor, perdón y salvación aquí en la tierra, pasarás la eternidad apartado de dios para siempre.
Filipenses 3:7 “Pero todo lo que para mí era
ganancia, lo he estimado como perdida por amor de Cristo”.
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Una
vez que comprendes que la vida es más que vivir el aquí y ahora, que es una preparación
para la eternidad, entonces comienzas a vivir de una manera diferente.
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Tus
valores cambian cuando vives a la luz de la eternidad, reordenas tus
prioridades, haces uso de tu dinero y de tu tiempo de una forma más sabia,
valoras mucho más las relaciones que a la fama, a la fortuna o a los logros.
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Para
aprovechar tu vida al máximo debes mantener en mente la visión de la eternidad
y el valor de la misma en tu corazón.
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Dios
tiene un propósito para tu vida en la tierra, pero no termina aquí. Su plan
comprende mucho más que unas cuantas décadas que pasarás en este planeta.
Hebreos 13:14 “Pues este mundo no es nuestro hogar
permanente; esperamos el hogar futuro”.
· Nuestro tiempo en la tierra, comparado con la eternidad, es como un abrir y cerrar de ojos, pero las consecuencias de este duran para siempre. La vida es mucho más que vivir el momento.
· De la misma manera que estuviste nueve meses en el vientre de tu madre sin ser esto un fin en sí mismo, más bien una preparación para la vida, así es esta vida terrenal, es una preparación para la vida eterna. Si tienes una relación con Dios por medio de Jesucristo, no debes temer a la muerte.
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